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Una entrevista personal

Es una de esas profesiones que parecen nuevas pero que no lo son, una de esas palabras que dan el pego de modernas, aunque realmente son clásicas. Nada tan importante como una imagen sólida y original para atraer clientes a tu negocio, ese es el principio del escaparatismo. Y Luis ha conseguido elevar ese oficio hasta el nivel de detalle, dedicación y personalidad de un artesano.

Luis de Castro empezó a trabajar en el año 90 como escaparatista. En aquellos días esa palabra no estaba tan normalizada, el oficio tenía una dosis a partes iguales de frescura y cuestionamiento. Como todo lo nuevo en un sitio pequeño, extrañaba. Y es que hay cosas que necesitan legitimar su necesidad. Más allá de juntar cuatro cosas en el lado interior del cristal de una tienda, ese trabajo suponía algo mucho más preciso, un giro en el que entraba en juego la habilidad, la originalidad y la inteligencia. Es decir: un oficio. Y, como tal, no dejaba de ser una cuestión de fondo y de forma, de concepto y de originalidad. Este 2019, casi 30 años después, Luís ha conseguido la carta de artesanía de Galicia por su trabajo en escaparatismo. Un honor que muy pocos comparten. Es el reconocimiento a toda una vida de trabajo, pero también al de un oficio. Esta carta le coincide, además, con el reconocimiento de su “Espacio Iluisionarte” como taller artesanal, concedido también por la Xunta de Galicia y bajo el amparo del sello “Artesanía de Galicia”. Nos explica en qué consiste su trabajo, sus pormenores y ambiciones.

CEB:¿Cómo nos explicarías brevemente qué es el escaparatismo o qué es ser escaparatista?

Luis: Una buena pregunta con una clara respuesta. Más bien te diré lo que NO es escaparatismo. “Escaparatismo no es ir a Ikea, comprar una mesa “Lack”, poner una lámpara encima, colocarla en un escaparate y cobrar por ello”. Lamentablemente, ese es el “intrusismo” que padecimos y padecemos muchos compañeros profesionales como yo y que nos afectó notablemente porque, evidentemente, este tipo de perfil tira los precios por la ventana, haciendo una mala competencia y sin ofrecer resultados de calidad en ningún caso y eso en la época de la crisis aguda (2009-2011), hizo mucho daño. Por consiguiente, un buen escaparatista es aquel profesional que conoce las técnicas del escaparatismo y sabe un poco de mucho, que se preocupa del desarrollo del resultado, antes de montar el escaparate, durante y después de montar el escaparate. Es muy importante visitar al cliente, conocer su tienda, su localización, su competencia en los alrededores, su clientela. No es lo mismo montar un escaparate en una gran ciudad que en una pequeña población.

CEB:¿Cómo te iniciaste en el mundo del Escaparate o qué fue lo que te motivó?

L: La verdad es que yo creo que me he pasado toda la vida dentro de los escaparates, recuerdo que de niño, con 7 u 8 años, mi madre iba de compras a unos grandes almacenes en la calle del Príncipe, en Vigo, que se llamaba “Alfredo Romero”, tenía tantos escaparates, que cuando terminaban de hacer el último, tenían que volver a empezar por el principio, porque tardaban como unos 15 días en hacer la tienda completa, pues bien, el recuerdo que tengo es que mientras mi madre hacía sus compras, yo me quedaba mirando siempre al escaparatista que allí trabajaba y en ocasiones estaba con él dentro del escaparate, me pedía que le ayudara a pinchar los alfileres en el acerico. Eso ocurrió durante años y al final claro, sin darte cuenta te crea cierta predisposición en la adolescencia, con 16 años ya tenía claro lo que quería hacer.

Hice dos cursos de Escaparatismo y visualización comercial, en los años 89 y 90, pero el buen aprendizaje fue trabajando codo a codo en Cortefiel, con el escaparatista de la firma, dentro del taller y dentro del escaparate, que es como se debe de aprender este oficio. Me di cuenta, que la verdadera formación fue durante ese contrato de trabajo, ya que con él aprendí todas las técnicas del escaparatismo, trabajar con maniquíes, bustos, etc, con alambre, papel, sedal, tapizado, hacer decorados con madera, cartón, pórex, etc, vamos, lo fundamental para poder sacar un escaparate adelante. Hay que recordar que el escaparatismo nace principalmente de las tiendas de ropa, de la alta costura y de la moda.

CEB:¿Fue entonces ahí el inicio de tu carrera profesional?

L: Efectivamente. A partir de 1991, después de Cortefiel se catapultó mi trayectoria profesional, incluso con diversos premios en diferentes concursos de Escaparates (que pocos se realizan ya) y hasta la fecha trabajo como escaparatista, con iLuisionarte en el día de hoy. Después llegó Induyco y Mango, con los que estuve más de 20 años trabajando.

CEB: ¿Qué es lo que más has aprendido de trabajar con las grandes marcas?

L: A trabajar bajo presión y en un tiempo record.

CEB: ¿Te han hecho algún encargo especial de algún cliente?

L: Tengo que decir que los clientes que me llamaban para hacer sus escaparates ya sabían que me escapaba de lo convencional. No soy de los que ponen flores en primavera, ni árboles de Navidad en Navidad, procuro darle esa vuelta de tuerca a la exposición y que más que en un escaparate de venta se convierta en una “obra de arte” aunque sea efímera. Y realmente, confiaban en mi plenamente y me daban rienda suelta a hacer lo que me diera la gana.

CEB: ¿Pero entonces hubo cosas “diferentes” y llamativas?

L: Hubo cosas llamativas, escandalosas y con polémica (risas). Creo que fue en el año 93, me contacta un cliente de Pontevedra para hacer un escaparate diferente, él quería a toda costa algo que rompiese con lo normal, que le atrajera visitantes a la tienda, por lo bueno o por lo malo, y sus deseos fueron órdenes. Recuerdo que eran fechas próximas a “Halloween” o “Todos los Santos”, entonces aprovechando esas fechas tan llamativas, el escaparate se convirtió en un campo santo, con sus nichos, con sus lápidas, hojarasca y hasta un ataúd. Hay que decir que todo hecho a mano. El resultado fue el esperado. Impactó en la ciudad de Pontevedra de tal manera que en seguida se corrió la voz y prensa y televisión lo sacaron en sus noticias como algo escandaloso. La anécdota es que hay un personaje en Pontevedra al que le llaman el “vampiro”, por su estética, su forma de vestir, etc, el caso es que todos los días se pasaba por la tienda e idolatraba el montaje, estaba encantado el hombre.

Aunque los mejores escaparates, sin duda, fueron los montados en una tienda de Redondela, llamada Vimar. Cada mes un escaparate totalmente diferente, y cada cual más llamativo que el anterior. Era tal la expectación, que siempre había público delante del escaparate en el momento de destaparlo y la gente siempre aplaudía y ovacionaba. Muy satisfecho con esa etapa de trabajo en esa tienda que duró unos cuantos años.

CEB: ¿Cómo ves los escaparates de Compostela a día de hoy?

L:Sinceramente los veo un poco flojillos. Está claro que la crisis fomentó a que el pequeño comercio recortase en la inversión de hacer escaparates por parte de un escaparatista, muchos propietarios los hacen ellos mismos, en parte lo entiendo, pero no lo comparto, porque desde siempre es sabido que el escaparate es el primer vendedor y creo que la visión estética y artística de un profesional, no la tiene un comerciante. La fórmula correcta es que el escaparate atraiga al comprador y ya dentro de la tienda, el comerciante conquiste al cliente. Ese es el tándem perfecto.

Por otra parte y como dije antes, no se fomenta desde los ayuntamientos, asociaciones de comerciantes o cámaras de comercio , los eventos de los concursos de escaparates. Recuerdo, los concursos de Navidad que se celebraban en Compostela, por los años 90, que animaban a las tiendas a que hiciesen sus mejores escaparates para entrar en competición, los promocionaban desde Cultura con la ayuda de Acotex (creo que era) había premios interesantísimos, viajes, dinero. Tengo que decir que en los años 1990 y 1991 gané el primer premio al tercer año ya no me dejaron participar porque sabían que sería escaparate ganador.

CEB: Nos comentaste que desde hace poco tienes la “Carta de Artesán”, que promueve la Consellería de Economía, emprego e industria y que formas parte del sello de “Artesanía de Galicia”. ¿Cómo se presenta el 2020?

L: La verdad es que me lo tomo como un “reconocimiento” a mi trayectoria profesional. El escaparatismo como oficio tiene tendencia a desaparecer, pocos quedamos de la vieja escuela. El escaparatismo que se enseña actualmente está más enfocado al marketing que a otra cosa. Hasta hace muy poco, me encargaba de hacer la selección de escaparatistas para una conocida firma y aunque había gente en las entrevistas, la mayoría desconocían las técnicas básicas de la profesión, no saben cómo trabajar con un alambre, cómo atar un maniquí al suelo, incluso había gente que no sabía ni planchar… pero cómo pretendes hacer un escaparate de una firma de moda si no sabes ni sacar la arruga de la camiseta!! Increíble pero cierto.

Yo siempre digo lo mismo. No hay más que mirar los escaparates de Zara o de Massimo Dutty, utilizan elementos decorativos de última tendencia, pero sus maniquíes (salvo excepciones), siempre van atados con alambre al suelo. Combinan perfectamente lo técnico con lo actual. Si no sabes hacer eso, no puedes considerarte escaparatista, asi de claro. Lo demás es “decorar” escaparates, pero no escaparatismo.

El 2020 se presenta con una nueva perspectiva, mi intención es seguir manteniendo vivo el oficio de escaparatista de la vieja escuela, con las técnicas que antes te comenté, creando las nuevas decoraciones artesanalmente con la ayuda de la maquinaria y tecnología del presente, pero sin perder la esencia original y que cada escaparate se convierta en una obra de arte, efímera, porque no durará más que unas cuantas semanas, estar bajo el reconocimiento de “Artesanía de Galicia” le da mucho más valor y sobre todo, lo que te comenté antes, que esta profesión se basa principalmente en un trabajo con las manos, que la delicadeza, la sutileza y el tacto tienen que ir en consonancia con el resultado final. Que no podremos guardar en una vitrinoa como si fuese una pieza de cerámica, a lo sumo, en una fotografía, en un recuerdo y el resultado que se obtenga para el establecimiento. En Espacio iLuisionarte se darán talleres, más enfocados a la profesión, a mayores de los talleres u obradoiros artesanales que se empezaron a hacer estos meses y quien sabe, a lo mejor en un momento dado, habrá que “ceder” mi legado, a un nuevo aprendiz, que coloque los alfileres en el acerico, como hace “taytantos” años lo hice yo.

Puedes visitar Iluisionarte en Rúa das Rodas, 7. Donde también encontrarás prendas y productos de la marca @Devoltaemedia otro de los proyectos de Luis de Castro.

Fuente: https://compostelaesbien.com

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